Influir es conectar, es comprender cómo piensan los demás, cómo toman decisiones, qué emociones les mueven… y construir un mensaje que resuene desde ahí. En el mundo de la empresa —y especialmente desde posiciones de liderazgo— la capacidad de influir de forma ética y efectiva es una herramienta estratégica de primer nivel. ¿Cómo se hace efectiva la capacidad de influir?, a través de nuestra relación con los demás, de nuestra forma de comunicarnos, en toda su extensión, no sólo oral, sino sobre todo de comportamiento. En muchas organizaciones se sigue enfocando la comunicación como algo racional, lógico, estructurado… olvidando que las decisiones (sí, incluso las empresariales) son profundamente emocionales. Por eso hoy quiero hablarte de la influencia empresarial como una combinación de ciencia y arte: conocimiento del comportamiento humano, sí, pero también sensibilidad, escucha y autenticidad.
¿Por qué la influencia empresarial es un activo estratégico?
Porque toda empresa vive de decisiones: de empleados que deciden comprometerse, de clientes que deciden confiar, de socios que deciden invertir o apoyar. Y en todas esas decisiones hay un factor común: la confianza, basada en lo que perciben de nosotros y de la calidad de la conexión que somos capaces de establecer.
Influir bien no es convencer a la fuerza. Es generar condiciones para que la otra persona quiera avanzar contigo. Y eso cambia profundamente la forma en la que nos relacionamos en ventas, liderazgo, negociación o comunicación interna.
Ciencia de la persuasión: claves psicológicas
Robert Cialdini, uno de los mayores expertos en psicología de la persuasión, identificó 6 principios que activan nuestra receptividad:
- Reciprocidad: tendemos a corresponder a quienes nos han dado algo.
- Compromiso y coherencia: si decimos “sí” una vez, es más probable que lo repitamos.
- Prueba social: hacemos lo que vemos que otros hacen.
- Autoridad: confiamos en quienes percibimos como expertos.
- Simpatía: nos dejamos influir más fácilmente por quienes nos agradan.
- Escasez: valoramos más lo que percibimos como limitado.
Estos principios funcionan porque responden a atajos mentales que usamos constantemente. Integrarlos de forma ética en nuestras estrategias de comunicación puede marcar una gran diferencia.
El arte de influir sin imponer
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Escucha real, no solo cortesía
Para influir, primero hay que comprender. Y eso exige una escucha activa, sin prejuicios, sin interrumpir mentalmente con tu respuesta preparada. Escuchar de verdad abre puertas, baja defensas y muestra respeto. Ya solo eso cambia el clima. ¿qué le inteersa a la ora parte?, y desde ahí, ¿cómo le puedes ser útil alineándolo con tus intereses?
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Mensajes que parten de lo que le importa al otro
Uno de los errores más comunes en comunicación empresarial es construir el mensaje desde nuestro mundo, sin tener en cuenta el del otro. Pero la verdadera influencia nace cuando enlazas tu propuesta con los intereses, preocupaciones y deseos de tu interlocutor.
No vendas tu producto, ayuda a resolver su problema. No hables de tu proyecto, conecta con su visión. ¿Para qué le sirves al otro?, ¿Cómo lo que quieres desarrollar le permite a la otra parte alinearse contigo para que logre lo que esa persona quiere?
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Usa historias, no solo datos
Los datos informan. Las historias conectan. Una buena historia hace que el mensaje se recuerde, que toque algo emocional, que inspire acción. Rory Sutherland, experto en psicología del comportamiento, lo resume muy bien: “No es lo que se dice, es cómo se percibe.”
Contar bien es más que adornar. Es darle al contenido la forma emocional que necesita para entrar. Ser y parecer deben estar al mismo nivel, porque si no el interlocutor desconecta, no le genera conexión.
Influencia empresarial: ejemplos concretos
Liderar desde la influencia
Empezamos por uno mismo, por el autoconocimiento y estando atento permanentemente a lo que sentimos, lo que nos gusta y lo que nos disgusta, y alineándolo con una forma de ser y estar en el mundo que sea coherente, responsable… desde ahí generaremos confianza a los demás.
Porque un líder no debería imponer por jerarquía. Debería inspirar, persuadir, generar compromiso. Y eso se consigue mostrando coherencia, explicando el porqué de las decisiones, abriendo espacios de participación y reconociendo el aporte de los demás.
Vender desde la conexión
Los mejores vendedores no son los que presionan, sino los que mejor escuchan. Los que comprenden de verdad al cliente, los que construyen confianza, los que no intentan cerrar a toda costa… sino ayudar a decidir mejor. Si no te compra que sa porque no es el momento, pero no por haber querido vender algo que no eres capaz de cumplir. Lo importante es que la persona tenga claro para qué y en qué situación le puedes ser útil, porque le habrá generado confianza el saber que has sido veraz.
Negociar desde la empatía
Negociar no es ganar. Es crear una solución que tenga sentido para todos. La influencia empresarial bien entendida no busca imponerse, sino buscar el punto de encuentro. Y si no se dan es porque quizás no estás con las personas adecuadas o en el momento adecuado. El diálogo permite entender si yo quiero el zumo y la otra parta la piel de una naranja, ahí hay capacidad de compartir, pero si las necesidades son distintas el buen diálogo también permite tomar consciencia de con quien estar y con quien no.
Riesgos de una influencia empresarial mal entendida
- Manipular con miedo o urgencia: genera resultados a corto plazo, pero erosiona la relación, desgasta la confianza de manera acelarada.
- Ocultar información clave: rompe la confianza cuando sale a la luz.
- Imponer sin escuchar: puede parecer efectivo, pero deja resistencia interna.
La influencia real es ética, transparente, empática. Todo lo demás es presión disfrazada.
Cómo desarrollar la capacidad de influir en tu empresa
- Entrena la escucha activa en todos los niveles. No es una habilidad blanda, es una competencia clave.
- Revisa cómo comunicas las decisiones estratégicas: ¿informas o inspiras?
- Crea relatos compartidos: que den sentido al esfuerzo colectivo.
- Forma en psicología del comportamiento a quienes lideran equipos, negocian o venden.
- Fomenta una cultura donde la influencia se base en la confianza, no en la posición jerárquica. Los lideres naturales los elige el sistema. Identifícalos y darles fuerza.
Resumen y reflexión final
Si tuviera que dejarte con cinco ideas clave sobre cómo influir de forma efectiva y humana en el entorno empresarial, serían estas:
- Influir no es imponer: es generar conexión, comprensión y confianza.
- Escuchar es el primer acto de influencia.
- La persuasión ética nace del respeto por la libertad del otro.
- Contar historias con sentido transforma más que repetir datos.
- Una cultura de influencia consciente crea relaciones duraderas y sostenibles.
- El diálogo ayuda a compartir propósito, pero también a identificar con quien no continuar
En tiempos donde sobran discursos, las empresas que saben influir desde la verdad y el propósito son las que movilizan de verdad. Porque al final, no se trata solo de decir algo bien… sino de lograr ponerte en marcha accionando la realidad y que el otro quiera caminar contigo.
